martes, 3 de abril de 2012


… conseguí todo lo que había deseado y sin embargo me sentía muerto. Sí, estaba muerto… y para darme cuenta bastó solo una mirada. Una mirada que giró mi vida 180 grados. Ella me miró de una forma diferente, vio que dentro de la fiera todavía existía un poquito de humanidad… y ella me trajo de nuevo a la vida.

Me dio el cariño que siempre había necesitado, con mi razón para sobrevivir, para dejarlo todo atrás y querer empezar de nuevo. Me arrepiento de muchas cosas, pero no cambiaría por nada del mundo un último amanecer al lado de ella.

Si este es el precio que debo de pagar por haberla amado, no hay nada en toda mi vida que me haya salido más barato. No siento dolor, sólo quiero quedarme así… para siempre…