jueves, 29 de noviembre de 2012

Doblarme como un contorsionista hasta caber en el bolsillo de su abrigo negro.
Ese sería mi imposible.
No hay yo que no te quiera hasta desear la muerte por asfixia entre tus brazos.

Desde que hiciste aquello parecido a sonreírme y te salieron fuegos artificiales por el cielo de la boca ya no me siento útil si no estoy contigo.
Y eso que estar contigo a veces es lo más parecido a estar sin mí. Pero me encanta.

Ojalá pudiera cicatrizarme en tu espalda y abrirme cada vez que me olvidaras, aunque no deseo que te doliese como me duelen a mí las lunas sin los eclipses de tus ojos.

Que te sueño, que te busco, que te pierdo.
Tal vez debería de hablarte, de contarte, de halagarte, pero contigo soy solo silencio.
SHHHHH cada vez más profundo... SHHHHH más eterno.

SSSSSSSSHHHHHHHHHHH
más nuestro.

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